sábado, 24 de noviembre de 2007

En busca del ambiente perdido (I)

Todo el mundo sabe, y digo todo el mundo incluyendo a la Asociación de Madres de Lesbianas Histéricas (histéricas las madres, no las hijas), que la gente, especialmente en la adolescencia, necesita referentes, modelos que seguir, un grupo en el que integrarse. Visto el panorama, Bera y yo decidimos empezar la enrevesada búsqueda del ambiente inexistente.

Para encontrarlo recurrimos otra vez a la pura lógica: las lesbianas son mujeres y por ello han sufrido durante años una doble discriminación, así que tienen que tener una conciencia social del tamaño del Everest. Nuestro objetivo: todos los actos culturales y sociales relacionados con la situación de la mujer que tengan lugar en la pequeña Heteroville.


Primer intento:

Vamos Bera y yo por la calle y nos encontramos un cartel anunciando una charla sobre Clara Campoamor y su lucha por implantar el voto femenino en España. Nuestros ojos hacen chiribitas, echamos chispas por las orejas y nos sale humo por la nariz: ¡una charla sobre el papel político de la mujer y su lucha por los derechos fundamentales!
En ese momento se abre mi conexión telepática con el cerebro de Bera y puedo ver que las dos nos imaginamos la misma situación: una sala llena a rebosar de chicas interesantes y con más puntos en la escala de Safo que Ellen Degeneres, entonando todas a una el ¡Lesbianas del mundo, uníos!

¡Oh, qué belleza, qué solidaridad, qué oportunidad!

Así que allá vamos las dos hacia el centro cívico, emocionadas, con una hormigueo en el estómago, esperando que una chica sonriente nos abra la puerta y nos diga:
-¡Ah, por fin habéis llegado, nuestras adoradas gurús! Llevamos años aquí esperando que os unierais a nosotras e iluminarais nuestra vacía existencia.

Deshechas en nervios, sobrecogidas por lo emocionante de nuestro inminente descubrimiento, abrimos las puerta (teníamos que haber sospechado que nuestros sueños no se cumplirían cuando la chica no salió a abrirnos) y encontramos... pues nada más y nada menos que cuatro amas de casa cincuentonas desperdigadas entre las 50 sillas de la sala, con menos puntos en la escala de Safo que mi tía la del Opus.

Eso es todo. Así terminó nuestro primer intento, en fracaso total; aunque hay que decir que la charla estuvo bien.


Segundo intento:

Otra vez Bera y yo por la calle (nos aburrimos en casa) y otra vez un cartel, pero esta vez ni humos, ni chispas ni chiribitas. Ya hemos aprendido a desconfiar. Esta vez la charla es sobre la imagen de la mujer en el arte. Resultado:

Lesbianas 0 (-1, diría yo) - Profesoras de historia 999

Y encima la charla fue un asco, así que después de saludar a nuestras respectivas ex profesoras de historia del instituto, orgullosas de que nos interesase tanto el tema (qué ilusas), nos fuimos a casa convencidas de que las lesbianas eran un mito más falso que la ciudad perdida de la Atlántida.


Tercer intento:

Ya sabéis, la esperanza es lo último que se pierde y a la tercera va la vencida. Ja. Maldito sea el refranero popular.
Esta vez vamos a lo seguro: ciclo de cine LGTB por el Día del Orgullo Gay. Si en algún sitio tiene que haber lesbianas es ahí, no me digáis que no. Entramos en la sala: un grupo de 5 o 6 chicos gays con sus cortes de pelo y sus cejas depiladas que ya nos sonaban de vista, un par de profesores de instituto y varios madres y padres de compañeros de clase. Encantador. Más vale que la peli, Shortbus, era decente.

2 comentarios:

Kari dijo...

lei algunos de sus post, y no tengo mucho que decir,
si algunas dudas.
Ustedes de donde son?
Les gusto shortbus?
La vi el otro día con mi novia y mi hermano (gay tb), y es algo extraña pero creo que no fue tiempo muerto.
Y por ultimo...
en realidad que es lo que buscaban al asistir a las invitaciones de los carteles?
slds
Gia

Nosotras dijo...

Perdón por la tardanza (6 meses es mucha tardanza), pero es que hemos tenido una época de parón. Pues somos de Heteroville, que podría estar en cualquier parte, donde tu quieras.
Pues Shortbus nos gustó bastante, por lo menos trataba temas interesantes y era llamativa.
Al ir a las invitaciones de los carteles buscábamos encontrar ALGO de ambiente, lo que fuera, algo diferente.

Saludos