Esta es una clasificación de las “personas” con las que has tenido, tienes y/o puedes tener un vínculo emocional en un futuro. Por ello es muy útil que sepas a qué especie pertenecen, qué grado de peligro tienen y cuáles son sus tendencias naturales (pues esta será la única manera de encontrar el antídoto contra la picadura..).
Haciendo un breve resumen diremos que existen, siempre generalizando, tres clases de seres humanos en cuanto a la forma de establecer relaciones emocionales, es decir, existen tres posturas básicas ante el amor:
LA SEGURA: La persona segura es nuestro objetivo, es toda una Diosa. Se trata de la clase de persona segura de sí misma a la que le resulta cómodo depender de las demás y que las demás dependan de ella. No es celosa ni paranoica, confía en su pareja y por lo tanto no tiene miedo al abandono ni es celosa. Cuando tiene algún problema con su pareja no duda en confiárselo con el único objetivo de solucionarlo mediante el apoyo mutuo fortaleciendo de esta manera su relación. La persona segura no utiliza estrategias defensivas o destructivas para solucionar los problemas (¿cuántas veces hemos fingido indiferencia, hemos intentado dar celos, nos hemos drogado por alguien, hemos tenido relaciones sexuales con otras personas etc.. como mecanismo de defensa? Y lo que es peor, ¿cuántas veces nos ha servido para mejorar la situación?). Las relaciones de una segura suelen tener mayor duración, confianza, compromiso e interdependencia que las relaciones de una insegura. Una segura no es masoca, sabe estar sola y sabe romper la relación que tiene (sin evitar la confrontación con su pareja) si esta no le interesa. No es una persona posesiva, es realista y además tiene una mente abierta, no tiene ideas fijas e inmutables que le niegan otras perspectivas, la segura es capaz de crear nuevos esquemas.
LA EVASIVA: Para que os hagáis una idea, Shane de The L Word, en las 3 primeras temporadas por lo menos, es el ser evasivo por excelencia. Una persona evasiva es desconfiada, no se siente cómoda en las relaciones íntimas y le horroriza la palabra dependencia. Las evasivas dan poco, piden poco y huyen de la intimidad (aunque esto no significa que no quieran las tres cosas). Este comportamiento no se debe más que a estrategias de defensa ya que las personas evasivas temen ser abandonadas o rechazadas tarde o temprano. Por esta razón estas personas suelen alejar de su mente y restarles importancia a las cosas que tengan que ver con sus relaciones sentimentales. A una persona evasiva le cuesta tanto manifestar sentimientos como presenciar los de los demás. No soporta ver a su pareja llorando o gritando (aquí es cuando te tachan de loca, histérica...). La cólera; el silencio absoluto; la falsa madurez (ejemplo: quedas con una evasiva, ella llega tarde y tú te enfadas, pues bien, amablemente y haciéndose la madura, y sin disculparse por supuesto, le restará importancia al hecho, te acabará convenciendo de que lo has exagerado todo y de esta manera dejará una mala imagen de ti, la de una niña con una rabieta estúpida; resultado: autoestima por los suelos); las distracciones y las infidelidades son algunos ejemplos de las barreras emocionales que esta clase de personas construyen. Las personas evasivas generalmente han tenido o tienen problemas en la relación con sus padres. (Esta especie puede dividirse en otras categorías pero no perdamos más tiempo clasificándolas que intentando extinguirlas).
LA ANSIOSA: Se trata de una dependiente emocional o una adicta al amor, para que suene más hippie... ¿Cómo es posible que yo le guste? ¿Me quiere realmente? ¿Le quiero yo más? ¿Habrá encontrado algo mejor?... son algunas de las preguntas que siempre rondan por la mente de una ansiosa, dignas de cualquier canción de La Casa Azul. Una persona ansiosa es más pasional, muestra celos, un enorme deseo de intimidad, necesita un grado de intensidad mayor que el de la mayoría de la gente. Las personas ansiosas son inseguras pero si de algo están convencidas es de que hay pocas personas en el mundo que sepan querer tanto (y tan bien) como ellas. Una persona ansiosa suele recordar a sus padres como personas neuróticas, injustas, madres que un día les comían a besos y otro les gritaban por cualquier tontería... La mayoría de las personas ansiosas son ambivalentes, es decir, ansían una conexión fusional con su pareja por encima de todo y al mismo tiempo tienden a boicotear inconscientemente esa conexión que tanto desean. Una persona ansiosa te querrá mucho pero también te pedirá mucho y te exigirá más atención que la que una persona segura te pediría. Una persona ansiosa necesita que su pareja le muestre su amor constantemente, de lo contrario, los ataques de celos, las demandas exageradas, la agresividad o los enfados serán frecuentes. No es raro que una ansiosa le haga sufrir a su pareja (que quiere mucho) debido a sus inseguridades.
Así que cuando hablamos de esos amores que matan, cuando decimos eso de no puedo estar ni contigo ni sin ti, cuando ya lo decía Catulo “Odi et amo” etc.. no se trata más que de relaciones emocionales insanas entre personas evasivas o ansiosas (siempre generalizando). Durante este año Mneme y yo hemos hablado mucho sobre este tema y hemos hecho otra clasificación de personas, compatible con esta última: Hay dos clases de personas: las que van al psicólogo y las que hacen que las primeras vayan cuando realmente son ellas las que lo necesitan. De esta manera las necesidades se “invierten” y acaba yendo al psicólogo quien no necesitaba ir (y quien necesitaba ir lo sigue necesitando :S)... Ejemplo: eres una persona más o menos segura (no una Superpersona pero sí alguien cuerda) y cometes el gravísimo error de dimensiones cósmicas (quien piense que esto es resentimiento que se ponga un disco de María Jiménez) de acabar saliendo con una persona evasiva. Resultado: puedes acabar teniendo una dependencia emocional de caballo, paranoias (acabas teniendo una voz maligna que te hace percibir la realidad de la misma forma que lo harías si consumieses LSD cada vez que recuerdas a tu diosa (la evasiva) ella habla, te mira etc..) y una autoestima del tamaño de la uña del dedo gordo del pie de los Diminutos.
Total, para simplificar:
- Evasiva + Evasiva: no hay relación, ni siquiera se interesaran la una por la otra.
- Ansiosa + Ansiosa: demasiada intensidad emocional; culebrón seguro.
- Evasiva + Ansiosa: es muy habitual y suele durar más tiempo porque sus locuras se
complementan, pero no nos engañemos, siempre acaba mal.
- Segura + Evasiva/Ansiosa: la relación dura hasta que la segura se harta de aguantar tonterías
de uno u otro tipo.
- Segura + Segura: algún día espero ser capaz de describirlo. De momento sin datos.
*Para redactar este post he partido del libro aspirina “Ya no sufro por amor” de Lucía Etxeberría que a su vez está basado en estudios de John Bowlby, Otto Kernberg y Melanie Klein, amén de nuestra propia experiencia.
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